Arquitectos: OAB Ubicación: Terrassa, Spain Arquitectos: Carlos Ferrater y Lucía Ferrater Arquitecto Tecnico: Enric Betlinski Año Proyecto: 2010 Fotografías: Alejo Bagué
Área Proyecto: 2,792 m2 Colaboradores: Emiliano Scotti
Tras doce años de búsqueda de solar, la Iglesia Evangélica Unida de Terrassa, institución casi centenaria en la ciudad, encuentra su lugar en el barrio de Can Tusell con fachada a la Av. Béjar, una de las grandes calles de acceso a la ciudad y de comunicación con la zona industrial.
El edificio, ocupando un tercio del solar y situado en su parte más baja con acceso desde la avenida Béjar, combina usos propiamente religiosos-celebra culto todos los domingos por la mañana-con usos sociales-fruto de un convenio con el Ayuntamiento.
El complejo se manifiesta como un gran basamento que va disminuyendo su altura a causa de la pendiente del terreno, formado por pletinas de acero a modo de revestimiento y a modo de valla sobre el que se suspenden dos cuerpos. En una posición central y de mayor tamaño se levanta un cubo aristado y modulado revestido con un nuevo material de aluminio reciclado, prensado e inyectado que gracias a su brillo le otorga un carácter emblemático a la pieza que alberga en su interior la sala de culto. El otro cuerpo de menor altura y próximo a la calle Tramuntana se suspende y sale en voladizo. En este caso las aristas enmarcan unos planos de aluminio ondulado y perforado que actúan de celosía como segunda piel para un programa de guardería. Mientras la fachada a la avenida Béjar se presenta como un plano tenso, riguroso y continuo que esconde su acceso, las dos fachadas laterales muestran su cara más amable donde la vegetación enmascara una valla que actúa de segunda fachada de manera que el plano del vidrio se atrasa respecto al límite del solar y así todos los espacios perimetrales disfrutan de luz y ventilación, así como de intimidad y seguridad.
Dado que la guardería se accede por un nivel superior y separado, el programa funcional, tanto religioso como social, se desarrolla todo en planta baja a excepción de un altillo suspendido sobre el doble espacio de la sala de culto. Un espacio de recepción da paso y distribuye por un lado la zona de administración, por otro un corredor da acceso a doce aulas y al frente la sala de culto, pieza central que vertebra todo el programa de necesidades a su alrededor. La sala de culto se orienta perpendicular al eje de acceso de manera que gracias a un sistema de tabiques móviles establecen una relación directa con los espacios contiguos que a su vez estos se relacionan con el exterior a través de unos patios.
Mientras los criterios compositivos del interior responden a criterios funcionales, los exteriores responden a la situación, a la orientación y sobre todo al deseo de ser un edificio discreto y contenido desde la distancia corta pero al mismo tiempo una pieza referente del culto evangélico desde la distancia más lejana.